Enfermedad de las hojas de la vid
Mildiú velloso
El mildiú velloso es quizás la patología mucho más grave de la vid, y aflora eminentemente en zonas de tiempo caluroso y húmedo. Es ocasionada por el hongo Plasmopara viticola y puede ocasionar una devastación del cien% de los cultivos. Las lluvias de primavera y verano benefician el brote de la patología. El patógeno pasa el invierno en brotes, hojas o en el suelo sobre hojas fallecidas. Perjudica brotes, follaje, flores, frutos y tallos. Se muestran máculas de aceite en la área superior de las hojas, que se semejan a un mosaico. En el envés de las hojas podemos consultar moho blanco. La necrosis del tallo es otro síntoma común. Las inflorescencias asimismo se ven perjudicadas por el hongo, ocasionando se marchiten y se caigan. Si la infección sucede en una época posterior, en el momento en que la planta da frutos, las bayas tienen la posibilidad de endurecerse, volverse cobrizos, encogerse y ocasionalmente desplomarse.
Resumen
Los desórdenes en las plantas de vid tienen la posibilidad de ser el resultado de componentes biológicos y abióticos. Al saber las causas y los síntomas del trastorno, es esencial estimar todos y cada uno de los componentes que podrían contribuir al inconveniente. En ciertos casos, los síntomas tienen la posibilidad de ser ocasionados por algún químico o fertilizante que haya aplicado el productor, o por compuestos químicos que llegaron al viñedo desde fincas vecinas. En otras ocasiones, el inconveniente puede ser provocado por la polución ambiental o el tiempo radical. Hay instancias o periodos en los que los desórdenes de la vid se tienen la posibilidad de solucionar con la intervención del productor, pero no todos y cada uno de los desórdenes o desórdenes tienen la posibilidad de ser controlados por el productor. Un diagnóstico veloz y exacto del trastorno es fundamental antes de llevar a cabo cualquier plan para corregirlo, de esta forma para achicar la recurrencia de esta condición más adelante.
Compendium of Grape Diseases 1988. American Phytopathological Society
Acariasis
El primordial síntoma de esta plaga es la brotación muy tardía y lenta de la vid. Las hojas forman una suerte de aguijón con máculas visibles que detallan acariasis. Se genera primordialmente por las hembras invernantes que capturan la vid y complican su habitual brotación.
El mildiú es probablemente la patología mucho más grave de la vid. Si esta patología perjudica a la vid, puede agredir a mucho más de media planta, ocasionando enormes pérdidas en la cosecha. Su origen hay que al hongo Plasmopara Viticola Berl, propio de zonas de tiempo caluroso y húmedo a lo largo de la etapa de desarrollo vegetativo.
Conocidas genéricamente como “hoja de malvón”, las Patologías de la Madera de la Viña (EMV) están desperdigadas en las distintas zonas vitivinícolas de este país y de todo el mundo, recibiendo distintas designaciones según el país. Está ocasionada por hongos xilófagos y perjudica a todas y cada una de las variedades, si bien ciertas cepas son mucho más susceptibles que otras, pero no hay o no se detectaron variedades inmunes. Causan deterioro y muerte, singularmente de viñas adultas, mayores de 15 años. La Asociación de Viñateros de Mendoza publicó en sus redes estas sugerencias para el manejo de esta patología, las que compartimos ahora.
Las Patologías de la Madera de la Vid (EMV) se extienden en distintas zonas productoras de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca y Brinca, en uvas para vino, uvas de mesa y pasas, con daños apreciables, provocadas por un grupo de hongos que causan la perturbación interna de la madera de la planta.
Es frecuente ver en los viñedos la pudrición y posterior muerte de cepas adultas (de sobra de 15 años), atribuida a la patología que en ciertos países, entre ellos Argentina, se llama «hoja de malvón». Los VME generan heterogeneidad, reducción de la longevidad y eficacia de los viñedos, tal como disminución de la calidad de los vinos.
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Otras medidas de protección muy usadas son las bolsas para racimos. Radica en envolver el racimo con una bolsa. Esta técnica de ensacado es muy usada en el Valle del Vinalopó.